Haya. M. Ángeles García |
Hoy se ha muerto Haya, la perra de unos grandes amigos y fiel compañera de unas grandes personas. Desde que me he enterado estoy triste y llena de rabia. Haya ha fallecido por un envenenamiento que ha acabado con sus riñones, su hígado y, finalmente, con su vida. Quiero pensar que la intoxicación ha sido casual, consecuencia de esa curiosidad canina que lleva a los perros a meter el hocico e hincar el diente a cosas que no deben.
Parece ser que la primavera es una época de repunte de estas muertes, muchas plantas que ahora brotan son tóxicas para los perros y estos las ingieren sin saberlo. Pero también son provocadas por personas malintencionadas que colocan cepos envenenados en parques y lugares de recreo. Supongo que se trata de animales de dos patas que quieren acabar con animales de cuatro vete tú a saber por qué. ¿Cómo comprender las razones de alguien al que se le ocurre poner veneno en espacios públicos con la intención de para acabar con las mascotas de sus vecinos, además de poner en peligro a otras personas, especialmente a los niños, quienes frecuentan los parques con sus juegos y juguetes?
Haya, tus gruñidos no sonarán cuando llamemos al timbre, pero allá donde estés nos darás la bienvenida atiborrándote de salchichas.
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