Me levanto de buena mañana, antes de lo que acostumbro cuando trabajo desde casa. A oscuras cojo la ropa de estar por casa, no es plan de despertar a estas horas a quien está de vacaciones. Me desperezo, me cambio, recojo un poco el salón y voy directa a abrir la ventana para que la casa se ventile (con abrir una ventana mi casa se ventila prácticamente entera) y, ¡no puedo abrirla!
Hago fuerza, ¡nada! Como está un poco más alta de lo normal tengo que repartir mis fuerzas entre ponerme de puntillas, estirar los brazos e intentar deslizar la ventana. Tampoco consigo nada. La nieve que cayó anoche se ha congelado y no deja que ésta se abra. Mientras desayuno dejo abierta la contraventana para ver si el calor hogareño hace mella en el ventisquero que se ha formado en la ventana. ¡Ilusa! Pues claro que no, cuando acabo la taza de Nescafé con cereales sigue sin poder abrirse.
No me gusta empezar a trabajar sin ventilar, así que lo intento con el ventanuco de la cocina. Para abrirlo tengo que hacer casi una pirueta mortal: acompañar un salto, entre el fregadero y el cubo de basura, con alargar el brazo y con un movimiento de muñeca que agarre el picaporte de la ventana al vuelo, que cede y abre la ventana mientras mis pies vuelven a tocar el suelo (sí, sería más fácil subirme a la encimera, pero hacer esto es mucho más divertido). Si el ventanuco también se ha congelado, tras la pirueta puedo quedarme con el picaporte en la mano, joderme la muñeca y/o pegarme un gran ostión entre el fregadero y el cubo de basura (una manera y un lugar muy glamurosos para esnucarse). No pasa nada de esto, en el ventanuco no hay ventisquero congelado que valga, puedo abrirlo.
Hale, aunque sea a medias (por aquello de que el ventanuco es más pequeño que la ventana) ya tengo mi entrada de aire puro y fresco, muy fresco, para empezar la mañana.
¡Cuidadín con estos hielos a quienes tengáis que moveros estos días de acueducto! ¡Que tengáis un buen súpermegapuente!
**Actualización: nada más clickear en 'Publicar entrada' se levanta quien está de vacaciones, con los ojos entrecerrados se acerca a la ventana a ver los estragos de la nevada de anoche, casi nada con lo que se preveía. Le comento que no se puede abrir la ventana. La abre.
5 comentarios:
¡Plantilla nueva! (sabías que te lo iba a decir)
Al final siempre viene alguien a dejarte mal. Es como cuado te tiras media hora para abrir un tarro y viene tu abuela y desenrosca la tapa a la primera.
Sí, plantilla nueva. Aunque no sé si me convence del todo, o simplemente me parece rara tras pasar dos años tan en blanco... Jejeje!
Cierto, es un ejemplo más de la Ley de Murphy.
Marieta!!
como me dijiste el otro día que nunca te comento, ahí va!
un beso y feliz mini semana "sin saber nada"... ven el finde por fa!
Congelada? Pero dónde estás viviendo, quilla?
Al norte, pero no en el polo :-P
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