La crisis económica que estamos viviendo, y sufriendo, se está llevando por delante algunos de los pilares básicos del Estado social que tanto ha costado forjar. Muchos piensan que la crisis sólo es la excusa en la que se escuda el Gobierno, o los gobiernos, para poner en práctica políticas que llevan la marca conservadora de su ideología, perjudicando así a ciertos sectores que no son rentables, o incomodan, tanto en términos económicos, sociales o políticos. Siempre es más fácil hacer que el de al lado pague más, o cobre menos, que imponérselo a uno mismo; un ejemplo claro es que el menú de un diputado de la Asamblea de Madrid es más barato que el que tiene que pagar un niño en un colegio público de esta misma comunidad. Así las cosas, parece que ya nos hemos acostumbrado a que los recortes en ámbitos tan importantes y necesarios para una sociedad como son la Educación y la Sanidad sean noticia de portada todos los días.
Desde el día 1 de octubre en la provincia de Segovia han dejado de dar servicio de guardia médica, entre las diez de la noche y las ocho de la mañana, seis centros correspondientes a las poblaciones de Aguilafuente, Ayllón, Bercial, Boceguillas, Santa María la Real de Nieva y Turégano. Esta reducción del servicio sanitario tiene como justificación que los datos reflejan que los recursos existentes y las actuaciones del 112 garantizan la asistencia en la provincia. Aunque los afectados (y muchos no implicados) no parecen pensar lo mismo.
En éstas, la semana pasada me atacó un repentino constipado que aún arrastro. Después de dos días convaleciente, el jueves por la mañana llamo para pedir cita con mi médica y me la dan para el lunes de la semana siguiente. En mi estado no aguanto cuatro días sin que me vea un médico, así que por la tarde me acerco a urgencias. Tengo suerte, el pueblo en donde vivo no se ha quedado sin este servicio. A pesar de mi malestar no me dicen nada nuevo: que siga tomando paracetamol como estaba haciendo por mi cuenta, y que beba mucho zumo. Me siento un poco ninguneada, no por el diagnóstico sino por la indiferencia con la que me trataron. De acuerdo, no he ido a urgencias por una peritonitis, pero mi catarro tampoco podía esperar hasta el lunes.
La mágica fórmula de 'paracetamol y mucho agua' no hizo su efecto y el lunes, aprovechando mi visita al médico para hacer otras gestiones, consulté a mi doctora por mi largo y aún no curado resfriado... ¡Vaya!, mi historial digitalizado no reflejaba mi visita a urgencias del pasado jueves, y esto no me gustó. Esta ausencia de datos flaco favor nos hace a los que vivimos y usamos los servicios públicos en el medio rural. Si faltan estos datos, dada la situación y los precedentes, más argumentos damos, a aquellos que justifican datos injustificables, para que nos arrebaten lo que no se debería arrebatar .
Foto: elmundosalud.com
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