El jueves vi el último capítulo de la quinta temporada de Perdidos. Ayer, domingo, vi la final dePekín Express. Tanto la serie como el programa son de las producciones televisivas que más me gustan.
Conocí Perdidos hace dos años gracias a Blanca. Empecé a ver la serie con ella y con Irene, en una especie de cine fórum que nos montábamos en nuestra pqueña oficina recién estrenada. Creo que nos juntábamos los miércoles por la tarde, y aprovisionadas de guarrerías varias para picotear, de vez en cuando se nos unía algún amigo. Pero pronto llegó el momento de la traición. La curiosidad nos pudo y cada una fue avanzando capítulos por su cuenta, lo que provocó la clausura de nuestras sesiones de tarde. En estos dos años he seguido viendo Perdidos entre atracones de capítulos y pausas eternas; casi siempre con alguien, sobre todo con mi prima, encantada de volver a ver los episodios. Gracias a ella conseguí gran parte de la serie y, por su amable insistencia, terminar de verla.
Pekín Express me enganchó en su primera temporada (el año pasado). No lo vi desde el principio, pero en cuanto lo descubrí, mis noches de domingo eran reservadas para recorrer Asia. Con envidia y admiración seguía el reality de la bandera roja. Tanto me gustó el programa que con ganas me quedé de presentarme al casting (¡sorpresas que una se da a sí misma!). Una llamada de mi tío hizo que empezara a ver la edición de este año. La carrera de ese día transcurriría en Nepal, por si quería verlo. No lo dudé, ya que me hacía gracia conocer algo del país en el que van a pasar tres semanas invernales mi chico y mi tío (el de la llamada). Así que, de nuevo, mis noches de domingo (hasta ayer) fueron reservadas para recorrer Asia haciendo auto stop desde mi sofá. El año pasado mis compañeras de viaje fueron mi hermana y mi prima (sí, la de antes), en esta edición lo ha sido mi novio.
Por fin, la semana pasada me planté delante del ordenador a ver el doble capítulo final de la quinta temporada de Perdidos. Sola. No es que estuviera sola en casa, pero mi chico no quiso acompañarme. Lo entiendo, pasarse hora y media viendo algo de lo que sabes que no te vas a enterar, pues como que no apetece. ¡No me enteraba ni yo! Así que, sin poder compartir comentarios, sensaciones y opiniones, sufrí sola frente a la pantalla del ordenador, con los cascos puestos, todo lo que les ocurría a los de la isla. Cuando terminó el capítulo, ya era demasiado tarde como para llamar a alguien e intercambiar impresiones. Algo que, por supuesto, hice al día siguiente. Por ello, a mi novio no le quedó otra que hacer que mostraba interés por lo que yo le contaba tras hora y media cegada por una pantalla de 15 pulgadas. Debió de apreciar mi gran necesidad.
Ayer, más de lo mismo, pero con la final de la segunda edición de Pekín Express. Esta vez, tuve que verlo sola por circunstancias que se dieron con eso del puente para unos y el no puente para otros (como yo). Así que no pude compartir con nadie en directo mi alegría por la victoria de una pareja de amigos cuarentones y de pueblo (Carmela y Antonio) frente a dos policías treinteañeros, cachitas, atractivos y de ciudad (Fran y Merino). Eso sí, mi prima (sí, la de antes), que estaba de celebración cumpleñera, no dejó de comunicarse conmigo por teléfono para presenciar, de alguna manera, tal momento. Mi chico tampoco se olvidó. Esta vez, momento compartido, aunque fuera desde la distancia.
Fotos: Perdidos, fotograma de la quinta temporada. PekínExpress, bandera del programa.
5 comentarios:
Yo también me enganché a Pekín Express la temporada pasada y ésta empecé a verlo a la mitad pero, por disponibilidad de televisores en casa, tuve que dejar de verlo. Lástima, me hubiera gustado ver la expulsión de la mami tonta y la niñata repelente...
Jo, qué bien lo pasábamos con los cinefórum :-D Ahora tendremos que esperarnos a febrero para poder ver la siguiente temporada.
Con la experiencia que adquiera tu chico en Nepal, ya podreís apuntaros a la siguiente edición, no? ;-)
Pues sí, ambos se acabaron a más ver. Uno hasta febrero y el otro... supongo que hasta el año que viene.
Laura: ¿La niña y la madre? El otro día el homriguero parecía el Programa de Ana Rosa tras una gala de Gran Hermana, porque llevaron a los finalistas de 'sorpresa' a ellas. ¡En fin!
Irene: con Crespo creo que no iría a Pekín Express... ¡No vaya a ser...! Jejejeje
¡¡¡Me cagüen!!! Se nos ha pasado el plazo! Para la próxima nos apuntamos a recorrer mundo!
Ahh!! Feliz Navidad!
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