lunes, 21 de junio de 2010

Como una montaña rusa


Las semanas suelen presentarse como una montaña. Los primeros días has de ascender la pendiente que bajarás en los últimos. Según se dibuje el fin de semana, este se asemejará a una llanura, a un valle o a una cuesta abajo aún mayor.

Algunas semanas se perfilan más escarpadas. Algunas incluso se parecen a una montaña rusa, llenas de ascensos y de descensos; de metas por alcanzar, de objetivos marcados, de logros por conseguir... En estas semanas el vértigo está muy presente

Antes o después, para bien o para mal, los desniveles acaban convirtiéndose en llanuras, que es a donde nos llevan las cuestas, al llano.

Las pendientes que se nos presentan nos hacen crecer, nos hacen fuertes y pacientes. Las etapas que pasamos en una semana son pequeñas muestras temporales de que todo pasa. Estas se hacen más difíciles o más llevaderas según con quien las compartas. Las sonrisas, los apoyos y las llamadas son de gran ayuda en nuestros ascensos y descensos cotidianos.

Cuando una semana-montaña rusa acaba se agradece, y aunque extraño, también puede echarse de menos.

Foto: montaña rusa de Tokyo. Roberto Marquino

2 comentarios:

Irene dijo...

Espero que cada vez que bajes de una de esas montañas rusas, aunque estés un poco mareada y con el pelo revuelto, lo hagas con una sonrisa y con ganas de volver a subir a esa atracción de la feria de la vida.

M. San Felipe dijo...

Gracias Irene