martes, 2 de diciembre de 2008

Balcones


Tengo una manía, digamos que es una manía curiosa, que no cotilla. Una manía creo que inculcada por mis Padres y reforzada por mí, junto con mis Hermanas. Una manía que es observar, observar todo, todo aquello que me rodea. No lo hago con ningún objetivo, aunque reflexionando un poco sobre ello, creo que se puede aprender mucho de lo que tenemos a nuestro alrededor. Creo que ese es el motivo por el que me lo inculcaron de pequeña, quizá sin saberlo, no sé, mis Padres.

Una de las cosas que más me gusta de esta manía curiosera es el hecho de levantar la cabeza en los lugares nuevos, para mí, a los que acudo. Me encanta mirar hacia arriba en cuanto piso una calle en la que nunca he estado, da igual que sea pueblo o ciudad, el caso es mirar hacia arriba y ver los edificios, las casas, sus ventanas, sus balcones... ¡Cuánto me llaman la atención los balcones!

Balcones abiertos, balcones cerrados, balcones cuidados, balcones abandonados, balcones antiguos, balcones modernos... ¡Me encantan los balcones!

Balcones con flores, balcones tendederos, balcones salones, balcones trasteros.

Para mí, los balcones son pequeñas habitaciones visibles para todos los que pasamos por debajo de las casas a las que pertenecen. Visibles para todos aquellos que nos atrevemos a mirar hacia arriba. Visibles para los que curioseamos más allá de la altura que alcanzan a ver nuestros ojos. Visibles para aquellos a los que nos gusta mirarlos, observarlos y admirarlos. Visibles para aquellos a los que nos gusta imaginarnos a la gente que vive en la parte no visible de la casa. Visibles para aquellos que pensamos que estas pequeñas habitaciones visibles cuentan muchas cosas de las personas a las que pertenecen. Visibles para los que nos gusta imaginar qué encerrarán tras sus ventanales de cristal.

Balcones al sol, balcones a la sombra

Foto: Viejo balcón

1 comentario:

Irene dijo...

Jo, qué bien escribes.
Sigue así!!